CRÍTICA DE ARTES ESCÉNICAS

ANTES DE LA METRALLA · MATARILE TEATRO
Festival ALT17 · Auditorio Municipal de Vigo · 11/03/2017
Dirección: Ana Vallés
Iluminación y espacio escénico: Baltasar Patiño
Intérpretes: Mónica García , Eduardo Pérez-Rasilla, Carlos Aladro , Ana Contreras, Lara Contreras, Ricardo Santana, Baltasar Patiño y Ana Vallés
Foto: Jesús de Arcos
EL CONCEPTO ANTES QUE EL PRECEPTO
Las bases físicas en las que se asienta la “metralla” de Matarile Teatro son las de un regimiento de ejecución teatral.: el publico se sitúa a ambos lados de una larga plataforma donde, a modo de circo romano actual, se desenvuelve la acción a escasos tres metros del espectador buscando, sin duda, su complicidad.
La obra pierde así el tono de homilía que tanto aburre la mayoría de las veces en demasiado teatro contemporáneo y sacude con fuerza las verdades absolutas para recrear la incertidumbre, las dudas necesarias y el complot interpretativo siempre con la colaboración del respetable, fascinado de formar parte del elenco de lujo que integran: Ana, Lara, Mónica, Carlos, Eduardo, Celeste y Oscar acompañados para la ocasión por artistas locales que dan pie a un diálogo fortuito, personal e irreverente.
No hay cuadrigas, ni carreras galopantes, ni siquiera un pulgar hacia arriba pero, la metralla entra por los poros de la piel, define caminos de entrada y de salida de manera salvaje y poética, como no podía ser de otro modo cuando la que está detrás de todo es Ana Vallés.
Se agradece esa música ochentera tan reconocible como “Las modelos” de Kraftwerk o los Immaculate Fools que dan rienda suelta a la memoria de los más carcas y despiertan las facultades auditivas a los más jóvenes.
El delirio de luces y humo, orquestado por Baltasar Patiño, no hace más que engrandecer una obra que si la firmara Peter Brook seguro estaría en los mejores teatros londinenses.
Matarile Teatro insiste en desafiar a la cuarta pared y con su inagotable propuesta escénica, en cambiar el rumbo de los escenarios tomados, la mayoría de las veces, por una forma de hacer irreal , ficticia y cegadora.
La verdad matarilesca fluye de unos elementos tomados en razón de igualdad y no de superioridad, de hecho las gradas bajan, en cada espectáculo, graduando como una lente la mirada del público para así llegar a formar un igual entre actuantes y actuados.
¡Ay misera de mi!, ¡ay infelice!, apurar cielos pretendo, ya que me tratáis así, ¿qué delito cometí contra vosotros naciendo?
Si Calderón viviera en este caótico siglo, seguro se aliaba con Ana Vallés.